En la provincia de Lugo, a ambos lados del Camino de Santiago, surgen una serie de iglesitas románicas rurales, algunas de ellas de extraordinario interés y todas, sin excepción, apostadas en estratégicos baluartes paisajísticos.
San Miguel de Eiré, en el concello de Ferreira de Pantón, es una de ellas. Con aspecto exterior de fortaleza, nos sorprende la finura de la talla de su arco de entrada con doce flores distintas con el Cordero de Dios en la clave y el enigma que acompaña a sus archivoltas, capiteles y soportes interiores.
Pero eso no es todo, porque, inesperadamente, vemos en el centro del muro meridional de la nave, unos arquillos burdamente esculpidos, pero de innegable procedencia mozárabe, seguramente procedentes de alguna iglesia o monasterio anterior.
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